Existen varias maneras de realizar la evaluación de un proyecto hotelero. El primer modelo es el convencional: es decir desarrollar un flujo de efectivo o flujo de caja, para comparar las entradas en efectivo por la operación hotelera con la inversión de los primeros años, y todo ello descontado o actualizado con la tasa de descuento que corresponda a la Tasa Mínima de Rendimiento (TMAR) que se hubiese obtenido si el dinero se coloca en Bonos del Estado de bajo riesgo ( es decir la tasa descuento correspondiente al costo de oportunidad del capital).
Otro modelo de evaluación consistiría en comparar los Valores Agregados en el proyecto (la remuneración a los factores de la producción) con las inversiones del mismo e igualmente descontados esos flujos con la tasa social de descuento (8% a 10%). Esta evaluación complementa a la anterior (a la evaluación privada del hotel), pues se realiza desde el punto de vista de la sociedad como un todo.
El modelo probabilístico de evaluación permite disminuir la incertidumbre. Para realizar esto se requiere que expertos con mucha experiencia en el negocio hotelero y conocedores del contexto social y político del lugar donde operaría el proyecto, puedan generar para las variables del proyecto probabilidades subjetivas, lo cual permitiría realizar la evaluación tomando en cuenta varios escenarios.
El modelo pragmático de Bussery, consiste en evaluar no sólo el proyecto hotelero aislado, sino ese proyecto con todos sus impactos en aquellas empresas o instituciones que se relacionan con él, bien sea proporcionando suministros e insumos o proporcionando servicios banacarios, mejora de la infraestructura por parte del Estado, y servicios para la comercialización del futuro hotel. Este enfoque supone una evaluación del conjunto de empresas relacionadas y no sólo del hotel como unidad aislada.