Por lo general cuando se señalan los impactos de la inflación sólo se nombran aquellos de tipo macroeconómicos y se ignoran los efectos negativos de la inflación en la tributación de las empresas. Veamos varios de esos impactos. Lo primero que analizaremos es el impacto en los ingresos operativos. La diferencia entre los ingresos y los costes es lo que llamamos ingresos netos. Una empresa que ganó US$ 100 el año anterior ganaría en el año próximo, si sigue operando en las misma condiciones, los mismos US$ 100 pero siempre que no exista inflación. Si existiera un 25% de inflación tendría que ganar US$ 125 para que la empresa pueda resarcirse de la posible pérdida de su poder adquisitivo. Si se le aplica un ISR del 40% sobre su "virtual" ganancia adicional de 25 , o sea que se aplica un impuesto de US$ 10, se estaría gravando en form injusta una gananacia enexistente en términos constantes.
Otro impacto sucede con la depreciación, por eso la legislación debería permitir el re-valúo periódico de los activos que son sujetos de depreciación. Lo mismo sucede con los activos diferidos o gastos pre-operativos. También la manera de valorar los inventarios, cuando existe inflación, afecta al balance y al Estado de Resultado, según se adopte el método FIFO o el método LIFO. El método FIFO (first in first out) señala que la primera unidad que entra al almacen es la primera que sale del almacén. Y el método LIFO ( Last in First out) señala que la última unidad que llega al inventario es la primera que sale de el para la venta. El método LIFO es el más ventajoso tributariamente en época de inflación que supone costes ascendentes y utilidades menores (y menor pago de impuestos sobre la utilidad). Si los precios descienden, enton el método FIFO es el más conveniente para valorar los inventarios.
Un tercer método es el coste promedio ponderado de los items que integran el inventario. Y este método es el que se usa en los softwares automatizados.
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